miércoles, 22 de julio de 2009

Mi foto

Ayer me telefoneó mi amigo Rafa. Él sólo me llama para insultarme. Para decirme cosas bonitas, elige el correo electrónico. En honor a la verdad, recibo muchas más misivas que llamadas. Pero debo reconocer que me gusta reconocer su número en el móvil, porque cuando se cabrea, está mucho más guapo. Supuse cuál era el motivo. Durante la última cena en la que coincidimos --tenemos varios amigos comunes que organizan cenas multitudinarias (para mí cuatro personas son un exceso)--, me insinuó que debería cambiar la foto que he escogido para Face-book. «Lo tuyo no tiene nombre --dijo--. Tienen delito los que se ponen una foto de antes de ir a la mili o una con más retoques que la Pantoja, pero tú los superas: escoges la de un actor en su mejor época y te quedas tan pancho». No le contesté. No quería enzarzarme en una discusión inútil.

No voy a reproducir todo lo que me dijo por teléfono. Rafa defiende que la tradición oral --es decir, aquello que larga por esa boquita cuando le viene en gana-- es diferente a la escrita, porque sentarse delante de un espacio en blanco requiere concentración y serenidad. Escribes con la perversa intención de provocar como mínimo un par de lecturas. Una primera más rápida, para entender por donde van los tiros, y una segunda para comprender el alcance del escrito. Él me envía mensajes agradables. Pero yo soy diferente. Depende del día puedo ser encantador o una mala víbora, y Rafa recibe con deportividad aquello que le envío. Me ha confesado que, a veces, con leer la primera frase ya sabe que estoy guerrero y se espera a leerlo en un momento de tranquilidad. Es cierto que Rafa no me llama para insultarme por lo que le he enviado. Sus chorreos son más metafísicos.

La regañina acabo con una frase que siempre me ha encantado: «no seas cobarde y da la cara». Me entró la risa y le expliqué que el anonimato es uno de los grandes logros de internet. Puedes decir verdades como puños bajo un pseudónimo peculiar. Nadie te pide nada y, si lo hacen, actúas según te convenga. Tienes los lazos que tú deseas y puedes administrar tus compromisos. ¡Qué más quieres!

Esta mañana me han llegado cuatros solicitudes de amistad con fotos de chicos que no están nada mal. Las he aceptado y me he fijado en que todos han nacido el mismo día y año que Rafa. Esta vez le he llamado yo. Hay que cuidar un poco más la esquizofrenia.

2 comentarios:

  1. El caso es que la foto está muy bien...

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  2. Pues a mí, estimado, me encanta!!, la foto, esa pose de una especie de desafío espectante, incluso perplejo,(si ambos calificativos casasen mejor). Transmite calma y armonía, incluso actitud de escucha, de esperar esto que estamos haciendo, y a la vez ese desafío oculto: hablar, hablar "malditos" que ahora voy....

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